Con tiempos de entrega más largos y existencias más reducidas. Para los consumidores, las prendas podrían subir entre 10 y 35 % de precio. Panorama local de una tormenta global.
Para que una prenda esté exhibida en un mostrador o colgada en una tienda para que usted se la pueda probar y comprar debe pasar por un largo proceso que va más allá del diseño y la confección.
Su fabricación requiere hilos y tela (probablemente importados), botones, cremalleras y etiquetas, por ejemplo. Para confeccionarla se requiere que esos insumos y materias primas lleguen a los puertos, sean descargados, entregados al importador y llevados a un taller o satélite. Desde hace unos meses, esos procesos no se están ejecutando a tiempo por la llamada crisis de los contenedores.
Tomado de El Espectador, Foto: Agencia Bloomberg